Hoy entré al cuarto de mis papas y me encontré a mi mamá limpiando sus joyas. cincuenta y cuatro años de colección de joyas, JOYAS, JOYAS.
Las tenía ordenadas de acuerdo a su valor. Agarró un dije en forma de perita y me dijo: este fue la primera joya que me regaló tu papá.
El teo, mi gato, siempre esta donde yo estoy, entró al cuarto y se hecho en la parte de debajo de la cama a escucharnos.
Luego agarró un tigre hecho de rubíes, esmeraldas y no sé que otra mierda y me dijo: éste me la dio una paciente que le opere las chiches. Mi mamá es cirujana plástica.
A mí me intereso el asunto, no por las joyas sino por las historias.
Agarró una crucecita de oro y me dijo: ésta era de un mi novio que lo mató el ejército mientras estábamos en la universidad, me la dio una semana antes de que lo acribillaran.
Yo agarraba cada artefacto y lo miraba detalladamente.
Abrió un estuche donde tenía guardados sus collares, y me enseño un collar de perlas que le había regalado una extranjera por haberle cedido su turno en el ferry de Bariloche.
Cada joya que agarraba se la ponía al Teo.
Este anillo, lo tenía puesto tu abuelita cuando se murió. Ésta era de tu bisabuela, era lo único que le gustaba ponerse.
Cuando terminó de limpiar sus joyas, yo le pregunté: ¿cuándo te pones tantas babosadas?
Ella me contestó: ay… mijo yo ya no uso joyas, las guardo para mis nietecitas.
Yo le dije: el teo parece gato de narcotraficante.
Buenisimo Post manin, como es eso que parte de la historia queda inevitablemente arraigada a ciertas cuestiones, en este caso las joyas que pararon transformando al narcogato, pero como dices la riqueza de la historia con cada recuerdo no tiene precio. Mi mamá es igual en ese aspecto, esas cosas las está guardando para los nietos, pero a la vez le hace suspirar y recordarse subitamente por otros tiempos, sinó mejores bastante diferentes. Como siempre mis respetos colega abogado. Saludos!
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